lunes, 19 de mayo de 2008

TRISTE REALIDAD

Columna de El Debate

debate.com.mx
Sergio Mariscal
Hay quienes piensan que el fracaso de los Dorados de Sinaloa se gestó al dejarse empatar en el juego de "ida" de la batalla final por el León con marcador de 2-2.
Pero en nuestra óptica muy particular, creemos que el presagio de un mal cierre se comenzó a gestar desde antes de que el equipo llegara a la liguilla.
Sí, porque los Dorados de tener contundencia a la ofensiva, permitieron que los rivales que lo visitaron en casa no les tuvieran el menor respeto y los apretaron en serio.
Cierto, la capacidad competitiva y el buen futbol que mostraron a lo largo de las tres primeras partes del calendario regular, le permitieron a los locales conservar su condición de líder y su invicto en el estadio Banorte.
Todo esos defectos que comenzó a mostrar el conjunto dirigido por Juan Carlos ChávezZárate vinieron a reflejarse en la contienda titular frente a los Esmeraldas del León.
Movimientos. Otro de los detalles de que hablaban los aficionados y gente ligada al futbol fueron los movimientos que comenzó a realizar el técnico dorado a partir de los encuentros de liguilla.
Por ejemplo, modificar su habitual línea de tres defensivos por una de cuatro cuando jugaron en calidad de visitantes.
Frente a Salamanca y Coatzacoalcos, pese a no jugar bien, les alcanzó para seguir avantes gracias a su posición de líderes.
Frente a León en la batalla final y en parte a un excelente primer tiempo, se dieron el lujo de tomar una ventaja de 2-0, que perderían de volada en los albores de la segunda mitad.
En ese partido inició con Renato Rivera junto con Mario Padilla y vaya que el pelo de "zorrillo" se convirtió en una verdadera pesadilla para el cuadro leonés.
Se llegó a pensar que por ese estupendo trabajo Rivera iba a repetir en el juego de vuelta, pero sorpresivamente Juan Carlos Chávez determinó el ingreso de Mauro Gerk, debido a la lesión de Bardo Fierros.
Gerk que ha sido muy criticado por los aficionados, por su poca movilidad jugó los 90 minutos frente a León en el juego definitivo y no pesó en lo absoluto.
Ya cuando el partido estaba en agonía el técnico decidió jugársela con César Morales y Daniel Osorno, pero su entrada fue muy tarde y en nada pudieron ayudar al plantel.
Balance. Son pues, los riesgos que suele correr un técnico, y Chávez los asumió; no le funcionaron los movimiento y ni hablar, el sueño de regresar ya a la Primera Nacional se esfumó.
Ahora, el siguiente paso del timonel dorado es el de presentarle a la directiva un balance completo de lo que fue el trabajo en general del conjunto en el torneo.
Sus números son excelentes, pero el principal objetivo de ascender no se cumplió

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